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Bogdan Suchodolski: Sujeto y educación en la filosofía de la educación


  1. Suchodolski: una pedagogía vinculada a la historia.

Bogdan Suchodolski, pedagogo polaco, nació en 1907 en Sosnowiec, Alta Silesia. Doctor en Filosofía por la Universidad de Varsovia, ingresa como profesor en 1932 y durante bastante tiempo fue director del Instituto de Ciencias Pedagógicas de la citada Universidad.
Este artículo es una exposición y análisis de la pedagogía marxista de Bogdan Suchodolski. Se ha mostrado la necesidad de estudiar distintas pedagogías en un análisis teórico, para abordar cuestiones que también afectan a la práctica, como son la relación del educando y la historia y los fines de la educación. Este autor nos conduce a un modo de entender la educación y la pedagogía como actividades utópicas.
Suchodolski, pensó desde su perspectiva marxista lo que puede lograrse mediante la educación para poder resolver la problemática teórica planteada.
Él reconoció un desfasaje entre los logros políticos y la organización del sistema educativo, lo que según él denominaba pedagogía burguesa. A partir de eso, se pensó que todavía había un futuro por hacer y que lo propio del hombre seria estar en transformación constante, en consecuencia con el socialismo. Esa transformación coloca al sujeto como un agente activo de sí mismo y no como un producto de procesos históricos.
La educación no es solo para el presente, sino que incorpora un elemento de futuro que él denomina al igual que Ernst Bloch: la esperanza”. Es decir, es un elemento que ayuda a no dejar todo por dado, sino que apoya a la no resignación, en este caso de la educación.
La consecuencia de esto para la idea de educación es presentada por Suchodolski: “La educación no debería tratarse como adaptación, ni aún en el caso de una adaptación para el futuro. Debería tomar parte en todos los procesos de reconstrucción que hoy buscan una senda juiciosa que conduzca al futuro. La Educación no debería formar ni manipular a los jóvenes según unos modelos de futuros autoritarios y esquemáticos; debería despertar la fuerza que construyera el futuro”[1].
A partir de lo citado, para la construcción de su teoría educativa Bogdan Suchodolski parte de la crítica a la educación tradicional, ya que entendía que la escuela había nacido en unas condiciones sociales y culturales totalmente distintas de las actuales y ya no responden en buena parte a la exigencias presentes, al no preparar a las generaciones jóvenes en la responsabilidad y en los valores para la nueva vida social y cultural.
La gran limitación de la pedagogía tradicional es que se esfuerza en la defensa de los modelos del pasado en valores absolutos y no prepara las actuales generaciones para las necesidades de la vida futura. Tampoco contribuye la educación tradicional a la participación creadora en la vida social y cultural ni al cambio del sistema social vigente, sino que tiende a reproducir desigualdades y a perpetuar las situaciones de privilegio.
Frente a tal educación conservadora, propone Suchodolski la educación para el futuro que debe empezar por una revisión profunda de la enseñanza tradicional y una reorientación imprescindible que permita a la escuela enseñar a los hombres a vivieran las nuevas condiciones históricas y de un modo totalmente nuevo.
El problema para el planificador de la educación del futuro es que el ritmo en los cambios sociales es tan rápido que las condiciones objetivas varían a lo largo de la vida de un individuo. Teniendo en cuenta esta realidad ¿hacia dónde apunta la educación del futuro?
Suchodolski se plantea la educación del futuro dentro del socialismo bajo el creciente papel de la ciencia y la técnica en la vida humana de la mayor responsabilidad de todo en relación con los problemas sociales comunes, bajo el signo del posterior desarrollo de la instrucción y la cultura de las masas y de la lucha por la liberación nacional y social de los pueblos dominados.
La educación actual tiene que preparar a niños y jóvenes para unas tareas aún no existentes y para unas condiciones de vida por determinar.
Según Suchodolski, las tareas fundamentales de la educación socialista pueden concebirse “como tres grandes grupos definidos por los términos siguientes: sociedad, trabajo y cultura. La preparación con miras a la participación activa en la sociedad, para la realización creadora del trabajo profesional y para la participación activa en la vida cultural: he ahí los tres objetivos fundamentales de la educación socialista, en los cuales, como hemos visto, se refleja la tendencia fundamental de la sociedad socialista a realizar la convergencia básica de los intereses sociales y la satisfacción de las necesidades, siempre crecientes, de un tipo individual”.
En una sociedad socialista los alumnos deben ser educados para la participación, la cooperación y la unión de esfuerzos individuales para alcanzar metas sociales. En segundo lugar, para la educación socialista uno de los fines esenciales es la formación profesional generalizada y adecuada a las crecientes necesidades de la sociedad. En tercer lugar, la educación debe elevar el nivel de comprensión del mundo, de la vida, del hombre, de la sociedad y del trabajo.
También establece una estrecha relación entre el presente y el futuro y el pasado en la labor educacional. Entiende que en el planteamiento de una educación futura no deban faltar los otros dos elementos de presente y pasado.

2) Educación polivalente y superación de la escisión entre trabajo teórico y trabajo práctico.

Suchodolski explica el estilo de la educación socialista teniendo en cuenta lo planteado por Marx, como la formación de una nueva conciencia a partir del resultado de las experiencias de la acción realizada por los sujetos. A partir de ello se comenzó a reforzar junto con la educación permanente, una educación en la que se enlazara la economía, la sociedad y la cultura en una política educativa para el desarrollo de una sociedad socialista.
A esto surge una interrogante ¿Hay que cambiar primero las condiciones sociales o primero a los hombres?
A esto, Suchodolski plantea que para Marx, la problemática entre el subjetivismo u objetivismo se resuelve con la suma dialéctica de ambos, por lo que según él, las circunstancias crean a los individuos igual que los individuos crean las circunstancias.
La innovación se entiende como un mismo pensamiento revolucionario de individuos y situaciones que involucra una forma de humanismo no idealista que resalta antiguas ideas pedagógicas.
Lo mencionado anteriormente, conlleva implicaciones pedagógicas como la vinculación con las circunstancias concretas de la vida y la acción del individuo por parte de cualquier formación intelectual o moral del mismo.
Explica Suchodolski que para Marx, “El intelecto y la moral no son, ni mucho menos, unas facultades aisladas del individuo, sino la forma de su participación en la vida social de su época y en sus  aspiraciones esenciales”. De este modo, a toda educación debe pertenecer el conocimiento de las leyes que revelan la propia realidad (naturaleza y sociedad del hombre).
Suchodolski pretende evitar el riesgo reduccionista en el marxismo, si bien evadiendo incidir en la sobrevaloración del polo subjetivista. Su clave es el hombre reconciliado, tras muchos años de conflictos y divisiones de los modelos sociales relacionados con antropologías dualistas. Toda educación es parte de una experiencia atada a la realidad actual que al mismo tiempo, va prediciendo lo nuevo y transformando la realidad presente.
“Pero el hombre es un ser que aspira a rebasar las condiciones de existencia imperantes, a evadirse y superar la realidad presente. En la técnica y el arte, en su actividad social, el hombre crea una realidad nueva, crea su propio mundo material, social e imaginario”
Educar para el futuro es preparar al individuo para su adaptación a unas condiciones de existencia futura desconocidas pero sobre todo es formar a un nuevo tipo de hombres que sean capaces de asumir las nuevas tareas que el futuro ha de exigir hombres desarrollados multifacéticamente, de manera polivalente, y plenamente conscientes de sus problemas y obligaciones; a unos hombres capaces de integrarse en los procesos de cambio, de participar en ellos, de impulsarlos. La pedagogía socialista debe formar a un hombre nuevo, a un nuevo modelo humano, en el que se concilien el pasado con el futuro, los problemas e intereses individuales con los sociales, las tareas aisladas con las cooperativas.
Suchodolski se muestra partidario de lo que denomina “perspectiva integradora”. Así en la educación del futuro no tendrá sentido plantearlo intelectual, lo moral y lo estético por separado, como si fueran realidades estancas, sino que será preciso considerarlas de forma integrada. La práctica educacional integradora se dirige a toda la personalidad del sujeto y le permitirá formarse de una manera polivalente, multifacética.
La pedagogía socialista tendrá que ser también capaz de integrar el estudio y el trabajo, tradicionalmente separados. El joven no debe trabajar fundamentalmente para producir sino en cuanto se forma y se desarrolla.
También es la combinación e integración de las enseñanzas de tipo general y las enseñanzas de tipo profesional. Todos sin excepción deben pasar por el doble tipo de enseñanza: la educación debe tender a la formación del hombre que trabaja y no sólo del hombre cualificado. Pero ya no bastará con la estrecha especialización concreta, el trabajador debe estar preparado para abandonar su especialidad y enfrentarse a otro tipo de trabajo.

3)  La unidad dialéctica de individuo y sociedad
El materialismo dialéctico, entiende al mundo como una síntesis o interrelación de lo subjetivo y lo objetivo. De esta forma Suchodolski explica que el materialismo marxista rechaza la identidad del sujeto y del objeto como la noción permanente en su oposición esencial y su oposición absoluta.
El polo subjetivista ha adoptado, una perspectiva psicológica. Desde este polo, la sociedad y sus organismos tendrían de ser el ejemplo de las facultades psíquicas de los individuos, sobre todo de sus comportamientos dentro de la sociedad. De esta forma, la transformación social debería asistir a las dificultades de la psique y guiar una educación que causara la formación psicológica a una forma de sociedad buena. Del mismo modo, “la ciencia crea a los sabios y los sabios crean la ciencia; de esta manera, el arte crea a los artistas y los artistas crean el arte”.
La integración que debe realizar la educación socialista es entre la escuela y la vida, el clásico divorcio debe ser superado en una sociedad socialista entendida como una realidad creadora por el hombre y para el bien del hombre. Además, la actividad pedagógica no puede limitarse a educar multifacéticamente a los niños y dejar abandonados a los jóvenes y a los adultos, será preciso integrar el trabajo y la educación a través de toda la vida de los individuos y no sólo durante la infancia.
Para Suchodolski, la perspectiva socialista permite acabar con el viejo antagonismo ente individuo y sociedad que, en realidad, es una oposición idealista que quedará superada supuestamente desde la perspectiva dialéctica, porque el desarrollo del hombre y de su mundo se encuentran en estrecha e íntima relación. Para él, el futuro no es lo que los hombres esperan que sea sino el producto de lo que se está forjando gracias a sus actividades presentes, sus logros y sus errores, de esta manera ambos conceptos están también íntimamente relacionados.
En el ámbito pedagógico, la pedagogía socialista que parte de la unidad dialéctica entre lo subjetivo y lo objetivo, entre el hombre y su mundo o puede actuar de la misma manera que la pedagogía tradicional. Así, educación social y educación individual se convierten en dos componentes de un mismo proceso.
Las tareas concretas que le asigna a la educación y cuáles serán los métodos más adecuados dentro de esta perspectiva de análisis marxista de la educación.

4)  El futuro y los fines de la educación.
La escuela tiene que estar abierta al mundo, a la sociedad, tiene que facilitar los contactos entre los alumnos y el medio social en el que viven, más aún, debe prepararlos para que contribuyan a la mejora y transformación del mundo en el que habitan, para ello se les prepara a través del desarrollo multifacético de su personalidad. Para ello, la escuela debe fomentar valores de participación y de asumir responsabilidades, evitando la pasividad y el individualismo de la burguesía.
Es preciso establecer una selección de contenidos sabiendo que la escuela sólo puede dar un conocimiento general en el terreno de la cultura general y de la enseñanza profesional, que luego se pondrá desarrollar y profundizar en los niveles educativos posteriores. Dentro de la selección de contenidos no pueden faltar las ciencias matemáticas y físicas, la química y la biología, las ciencias sociales y humanísticas. Pero la escuela no puede limitarse a enseñar tales disciplinas, sino que también es preciso que se ocupe del estudio de la estructura de la ciencia. Frente al verbalismo fomentado por la pedagogía tradicional se debe imponer el pensamiento operativo exigido por la pedagogía del futuro.
Desde la perspectiva marxista como una actividad destinada a integrar al hombre en una acción concreta, a enseñarle a actuar adecuadamente y a participar en la vida social. La educación moral en Suchodolski debe basarse en la comprensión de las consecuencias sociales de la actividad personal del individuo, en despertar en el hombre el afán de actuar y luchar por un futuro mejor en colaboración y solidaridad con el resto de la comunidad. Las palabras claves serán: participación, cooperación, convivencia y solidaridad.
Pero también tiene muy en cuenta Suchodolski los aspectos personales, singulares, individuales, como la felicidad, la satisfacción en la vida, el sentido de su vida dentro de una sociedad socialista en construcción. Para nuestro autor, estas situaciones personales hay que entenderla siempre dentro de la concepción integral de la educación, por eso sugiere como salidas educativas fomentar las facultades creativas, imaginativas y expresivas de cada ser humano.




[1] B. Suchodolski: “Educación para el futuro”, Cuaderno de Pedagogía, N°81, 1981, P.37

Comentarios

  1. Me gusta este tema. Precisamente cito a Suchodolski para distinguir en la historia pedagógica dos tendencias principales: una fundada en la esencia del ser humano, racionalista en Platón y cristiana en Santo Tomás de Aquino, como ejemplos, y otra en la existencia del ser humano como las ideas Rousseau y Kierkegaard

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    1. Gracias por el comentario, me hace querer investigar mas sobre el tema

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  2. mi pregunta es si han tenido validez en la actualidad algunos aportes de Suchodolski ?

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